Después de meses separadas, cada una ocupa un lugar en la mesa rectangular que sufrió nuestra ausencia por un tiempo.
Casi subrealista estar un 18 de enero acá.
Pero claramente reconfortante escuchar gritos que se superponen sin poder entender que quiere decir la que tenés a apenas 50 centimetros. Relatos exagerados que terminan en lagrimones de risas. Festejos por la llegada de la comida siendo casi las 11pm. Terminando con charlas introspectivas en los sillones.
Una noche que marca el inicio de un 2012 unidas y con mucho entusiasmo.
Que bueno volver a encontrarnos.
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